Happy Feet y la Rosca de Reyes
Sí, ya sé, los pingüinos no tienen nada qué ver con la Rosca de Reyes, pero son los dos temas que hemos tenido últimamente. La película de Happy Feet la fuimos a ver el día de estreno en Nueva Zelanda: el 26 de diciembre, día feriado aquí, "Boxing Day". Hasta hicimos reservación, esperando que estuviera atascado, pero cuando llegamos, todavía pudimos hasta cambiar el número de asiento que nos habían dado!
Nos divertimos con la película, pero sobretodo cuando salieron los pingüinos mexicanos con su relajo, bromas y estilo. Ahora que lo vemos desde fuera, realmente resalta el carácter mexicano desde las dos primeras palabras que dicen los pingüinos. Me pregunto qué acento les habrán puesto en la versión en español? Pero precisamente, el carácter de aceptar a otros tal como son, sin preocuparse si son diferentes, es algo que definitivamente no se encuentra en muchos países. Imagínense si hubiera sido al revés, que uno de los pingüinos mexicanos fuera a dar a la comunidad de Happy Feet... es como los mexicanos en USA, nadie lo recibiría, ni le ayudaría, ni siquiera se interesarían en él - ni por mera curiosidad! Por otro lado, no deja de reflejarse el desastre que somos los mexicanos, mucho cotorreo, pero de productivos, no tenemos mucho!
Y después de los pingüinos, sigue la Rosca de Reyes. Bueno, no tan inmediato, pues a nosotros nos llegó apenas el 10 de enero, pero fresca, y con relleno de cajeta! Resulta que recibimos a unos nuevos inmigrantes mexicanos, que son dueños de una panadería en México. ¡Cómo nos emocionamos de pensar en tener una panadería mexicana en Nueva Zelanda! ¡Por fin un pan bueno, sabroso y bien hecho! Por lo mismo les deseamos todo el éxito aquí en Auckland, ojalá que sí logren poner un negocio tarde o temprano. Como nos trajeron dos roscas pequeñas, decidimos que yo me llevara una a la oficina. Obviamente nadie jamás había visto algo parecido (hubo quién la vió y preguntó si era dulce o salada!), y mucho menos habían escuchado de la tradición. Eramos como 20 personas, pero rebanadas delgaditas, a todos les tocó un poco. Obviamente no les dije que los del mono tenían que traer tamales el 2 de febrero, pero sí que tenían que organizar algún tipo de fiesta, llevar pastel, o algo. La verdad es que me encanta el ambiente de la oficina, todo mundo se divirtió mucho con la idea de la rosca, y todo mundo tiene interés de probar y conocer. A veces eso hace falta para poder sentirse orgulloso de su origen!
Nos divertimos con la película, pero sobretodo cuando salieron los pingüinos mexicanos con su relajo, bromas y estilo. Ahora que lo vemos desde fuera, realmente resalta el carácter mexicano desde las dos primeras palabras que dicen los pingüinos. Me pregunto qué acento les habrán puesto en la versión en español? Pero precisamente, el carácter de aceptar a otros tal como son, sin preocuparse si son diferentes, es algo que definitivamente no se encuentra en muchos países. Imagínense si hubiera sido al revés, que uno de los pingüinos mexicanos fuera a dar a la comunidad de Happy Feet... es como los mexicanos en USA, nadie lo recibiría, ni le ayudaría, ni siquiera se interesarían en él - ni por mera curiosidad! Por otro lado, no deja de reflejarse el desastre que somos los mexicanos, mucho cotorreo, pero de productivos, no tenemos mucho!
Y después de los pingüinos, sigue la Rosca de Reyes. Bueno, no tan inmediato, pues a nosotros nos llegó apenas el 10 de enero, pero fresca, y con relleno de cajeta! Resulta que recibimos a unos nuevos inmigrantes mexicanos, que son dueños de una panadería en México. ¡Cómo nos emocionamos de pensar en tener una panadería mexicana en Nueva Zelanda! ¡Por fin un pan bueno, sabroso y bien hecho! Por lo mismo les deseamos todo el éxito aquí en Auckland, ojalá que sí logren poner un negocio tarde o temprano. Como nos trajeron dos roscas pequeñas, decidimos que yo me llevara una a la oficina. Obviamente nadie jamás había visto algo parecido (hubo quién la vió y preguntó si era dulce o salada!), y mucho menos habían escuchado de la tradición. Eramos como 20 personas, pero rebanadas delgaditas, a todos les tocó un poco. Obviamente no les dije que los del mono tenían que traer tamales el 2 de febrero, pero sí que tenían que organizar algún tipo de fiesta, llevar pastel, o algo. La verdad es que me encanta el ambiente de la oficina, todo mundo se divirtió mucho con la idea de la rosca, y todo mundo tiene interés de probar y conocer. A veces eso hace falta para poder sentirse orgulloso de su origen!
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home