septiembre 11, 2007

Orange crush

El domingo pasado fui a comer al italiano con Raul y Alejandra. Desde hace tiempo les habia dicho que me daba antojo de ir, y ellos tambien son fanaticos de ese lugar. Como siempre, la comida deliciosa, aunque yo tuve un incidente con mi bebida. Entre la hora en que llegamos que apenas habia unas cuantas mesas ocupadas y para finalizar nuestra comida, el restaurante estaba lleno de gente. Pedi una segunda coca-cola sin hielo para acabarme mi lasagna... y tardaron un buen rato en llevarla y por supuesto en un vaso con hielo, asi que pedi un vaso sin hielo que tardo otros 5 minutos en llegar... y cuando me sirvo el refresco: el vaso parecia plantilla para combate naval con submarinos navegando. Asi que pedi que me lo cambiaran por otro vaso y refresco nuevo... el cual tardo unos 5 o 10 minutos mas en llegar, y pueden adivinar? efectivamente, de nuevo en un vaso con hielo.

Saliendo de comer, yo estaba decidido a tomar una siesta, pues he estado demasiado atareado, desvelado y ajetreado, asi que merecia un buen descanso. Apenas unas cuadras antes de llegar al departamento, un muchacho en una camionetota me dio un choque por detras. No estuvo aparatoso, pero si lo suficiente como para que se apagara el motor del coche y yo me bajara a revisar, pues sospechaba que se hubiera roto algo. Efectivamente, la defensa quedo aplastada por un lado y el muchacho muy amable y responsable (de lo cual ya queda poca gente educada ultimamente) de inmediato hablo a su seguro y ellos se encargaron del papeleo.

La historia no queda ahi, la cosa es que llegue al depa, a tomarme mi merecida siesta, pero apenas una media hora o una hora despues me tuve que levantar pues tenia un dolor tremendo en un oido. En un principio crei que era cuestion del cambio de presion atmosferica con aquello de las tormentas y el huracan... hasta que Hooper me llevo camino al hospital y al platicarle la aventura del choque me dice: No seas tonto, te duele el cuello del estiron del golpe en el coche! Yo no creia mucho en las historias o mas bien en que realmente los golpes por atras en el coche puedan ser peligrosos incluso a un nivel tan leve... pero efectivamente, tenia el cuello adolorido y un ojo morado como si me hubiera peleado a trancasos contra Rocky o contra Terminator... y eso que ni siquiera me movi sensiblemente, es decir, no senti mas alla del empujon por atras y mi cabeza no golpeo contra ningun objeto, y sin embargo estaba como si me hubieran aporreado. Lo bueno, es que dicen que las cabeceras del Saab son de las mejorcitas y mas eficientes del mercado, espero no tener que averiguarlo.

ciao